Con el auge del trabajo remoto, muchas empresas han implementado medidas de seguimiento para garantizar que sus empleados realmente estén trabajando durante sus horas designadas. Los usuarios de Microsoft Teams pueden ver el estado en vivo de todos los empleados mientras trabajan desde casa. Los administradores con derechos de acceso a Teams reciben alertas cuando un trabajador vuelve a la actividad en su computadora.

Si bien esto puede parecer un enfoque razonable, en realidad puede ser una fuente de estrés y ansiedad para los empleados. Aquí hay algunas razones por las que los empleados pueden no querer ser rastreados mientras trabajan desde casa:

1. Invasión de la privacidad: ser rastreado por su empleador puede parecer una invasión de la privacidad. Los empleados pueden sentirse incómodos sabiendo que todos sus movimientos están siendo monitoreados y registrados.

2. Falta de confianza: la implementación de medidas de seguimiento puede indicar a los empleados que su empleador no confía en ellos. Esto puede crear un ambiente de trabajo negativo y dañar la moral.

3. Microgestión: el seguimiento también puede conducir a la microgestión, ya que los gerentes controlan constantemente a los empleados y cuestionan su productividad. Esto puede ser estresante y contraproducente, ya que puede distraer a los empleados de su trabajo.

4. Dificultad para desconectarse: cuando se realiza un seguimiento constante de los empleados, puede resultarles difícil desconectarse del trabajo y relajarse por completo durante su tiempo libre. Esto puede provocar agotamiento y otros problemas de salud mental.

5. Dificultades técnicas: finalmente, las medidas de seguimiento pueden ser propensas a dificultades técnicas, lo que genera datos inexactos y una mayor frustración para los empleados.

En resumen, si bien las medidas de seguimiento pueden parecer una solución lógica para garantizar la productividad durante el trabajo remoto, en realidad pueden tener efectos negativos en la moral y la salud mental de los empleados.

Es importante que los empleadores logren un equilibrio entre garantizar la productividad y respetar la privacidad y la confianza de sus empleados. Esto se puede lograr a través de una comunicación clara, el entendimiento mutuo y un enfoque en los resultados en lugar del seguimiento.